En una casa pequeña creció un niño, donde su mundo desde pequeño, era transitar entre costales de harina, de azúcar y observar las diversas formas de hacer pan al ras de la mesa, donde sus ojos podían mirar como su familia hacían la masa del pan, fue una herencia del conocimiento y aprendizaje para que posteriormente él continuará con el oficio de elaborar el pan dulce y birote salado, durante toda su vida.
A las seis de la mañana ya trae su delantal blanco y sus manos llenas de masa, para darle forma e inicio con la producción de una rica variedad de piezas de pan, entre ellas los famosos picones, los polvores, las conchitas bañadas de azúcar, así como los bigotes rellenos de chocolate y como olvidar las ricas y deliciosas empanadas, por mencionar algunos, de la infinidad de panes que cada mañana y por la tarde los habitantes de Estipac se deleitan en la merienda o en el desayuno.
Los famosos panes que produce “el Chino”, como lo llaman así en el lugar, mismo que relata a sus 85 años de edad, como inició esta pequeña panadería, que ha trascendido de generación en generación, con la misma pasión de toda una vida, dedicándose a producir el pan que en las mesas de los hogares de la región y de los turistas nacionales y paisanos que viven en Estados Unidos disfrutan y saborean.
Recuerde que antes de regresar a su destino y está en Estipac, Jalisco lleve su canasta de pan, hecho con ingredientes de alta calidad y con un pedacito de pasión que le añade este personaje del lugar, los hace con el corazón.
La panadería está a dos cuadras de la Plaza Principal en la delegación Estipac, en el Municipio de Villa Corona, Jalisco.